Colocamos una palabra allí donde comienza nuestra ignorancia, donde ya no vemos más allá; por ejemplo, la palabra "yo", la palabra " hacer" , la palabra "sufrir": son quizás el horizonte de nuestro conocimiento, pero no "verdades".
" ¿Quién habla? Es la voz de ella en mi cabeza... No existe el " espíritu", ni la razón, ni el pensamiento, ni la conciencia, ni el alma, ni la voluntad, ni la verdad, todo son ficciones...".
John Banville. Imposturas