sábado, 20 de agosto de 2022

 

ARMONÍA EN EL BOUDOIR


Después de varios años de matrimonio, él se pone al pie de la cama y le dice a su esposa que jamás le conocerá, que en todo lo que dice hay más que no dice, que detrás de cada palabra que pronuncia hay otra palabra, y cientos más detrás de ésa. Todas esas palabras impronunciadas, le dice, encierran su verdadero ser, que ha sido traicionado por la personalidad superficial que está delante de ella. " Así que ya lo ves", le dice, quitándose las zapatillas, " soy más de lo que te he hecho creer que soy". " Ah tonto", le dice su esposa, " claro que lo eres. Resulta que sólo pensar que tengas tantas personalidades perdiéndose en la nada es muy emocionante. Nada puede agradarme más que apenas existas tal cual eres"


Mark Strand

 Casi invisible



domingo, 14 de agosto de 2022

El Niño Cinco Mil Millones

 

 


En un día del año 1987 nació el niño Cinco Mil Millones. Vino sin etiqueta, así que podía ser negro, blanco, amarillo ,etc. Muchos países, en ese día, eligieron al azar un niño Cinco Mil Millones para homenajearlo y hasta para filmarlo y grabar su primer llanto.

 Sin embargo, el verdadero niño Cinco Mil Millones no fue homenajeado ni filmado ni acaso tuvo energías para su primer llanto. Mucho antes de nacer, ya tenía hambre. Un hambre atroz. Un hambre vieja. Cuando por fin movió sus dedos, éstos tocaron la tierra seca. Cuarteada y seca. tierra con grietas y esqueletos de perros o de camellos o de vacas. También con el esqueleto del niño 4.999.999.999.

 El verdadero niño Cinco Mil Millones  tenía hambre y sed, pero su madre tenía más hambre y más sed y sus pechos oscuros eran como tierra exhausta. Junto a ella, el abuelo del niño tenía hambre y sed más antiguas aún y ya no encontraba en sí mismo ganas de pensar o de creer.

 Una semana después el niño Cinco Mil Millones era un minúsculo esqueleto y en consecuencia disminuyó en algo el horrible riesgo de que el planeta llegara a estar superpoblado.

CUENTOS COMPLETOS

Benedetti

Sólo una cosa no hay. Es el olvido

JORGE LUIS BORGES