viernes, 13 de mayo de 2016




FOTOGRAFÍA DEL 11 DE SEPTIEMBRE

Saltaron hacia abajo desde los pisos en llamas:
uno,dos, todavía unos cuantos
más arriba, más abajo.

La fotografía los mantuvo con vida,
y ahora los conserva
sobre la tierra, hacia la tierra.

Todos siguen siendo un todo
con un rostro individual
y con la sangre escondida.

Hay suficiente tiempo
para que revolotee el cabello
y de los bolsillos caigan
llaves, algunas monedas.

Siguen ahí al alcance del aire,
en el marco de espacios
que justo se acaban de abrir.

Sólo dos cosas puedo hacer por ellos:
describir ese vuelo
y no decir la última palabra.

                      ( G. B.- A. M)

Wislawa Szymborska

Hasta donde alcanza la vista, aquí reina el instante. Uno de esos terrenales instantes a los que se pide que duren.






UNA DEL MONTÓN


Soy la que soy.
Casualidad inconcebible
como todas las casualidades.

Otros antepasados
podrían haber sido los míos
y yo habría abandonado
otro nido,
o me habría arrastrado cubierta de escamas
de debajo de algún árbol.

En el vestuario de la naturaleza
hay muchos trajes.
Traje de araña, de gaviota, de ratón de monte.
Cada uno, como hecho a la medida,
se lleva dócilmente
hasta que se hace tiras.

Yo tampoco he elegido,
pero no me quejo.
Pude haber sido alguien
mucho menos individuo.
Parte de un banco de peces, de un hormiguero, de un
enjambre,
partícula del paisaje sacudida por el viento.

Alguien mucho menos feliz,
criado para un abrigo de pieles
o para una mesa navideña,
algo que se mueve bajo el cristal de un microscopio.

Árbol clavado en la tierra,
al que se aproxima un incendio.

Hierba arrollada
por el correr de incomprensibles sucesos.
Un tipo de mala estrella
que para otros brilla.

¿Y si despertara miedo en la gente,
o sólo asco,
o sólo compasión?

¿ Y si hubiera nacido
no en la tribu debida
y se cerraran ante mí los caminos?

El destino, hasta ahora,
ha sido benévolo conmigo.

Pudo no haberme sido dado
recordar buenos momentos.

Se me pudo haber privado
de la tendencia a comparar.

Pude haber sido yo misma, pero sin que me sorprendiera,
lo que habría significado
ser alguien completamente diferente.



LAS TRES PALABRAS MÁS EXTRAÑAS

Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.

Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.

Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.





ALGO SOBRE EL ALMA

Alma se tiene a veces.
Nadie la posee sin  pausa
y para siempre.

Día tras día,
año tras año
pueden transcurrir sin ella.

A veces sólo en el arrobo
y los miedos de la infancia
anida por más en el asombro
de haber envejecido.

Rara vez nos asiste
en las tareas pesadas,
como mover los muebles,
cargar las maletas
o recorrer caminos con zapatos apretados.

Cuando hay que cortar carne
o llenar solicitudes,
generalmente está de asueto.

De mil conversaciones
toma parte sólo en una,
y no necesariamente,
pues prefiere el silencio.

Cuando el cuerpo nos empieza a doler y doler,
escapa sigilosamente de su hora de consulta.

Es algo quisquillosa.
con disgusto nos ve en la muchedumbre,
le repugna nuestra lucha por ventajas
y el rumor de los negocios.

La alegría y la tristeza
no son para ella sentimientos distintos.

Sólo cuando se unen
está presente en nosotros.

Podemos contar con ella
cuando no estamos seguros de nada
y tenemos curiosidad por todo.

De los objetos materiales
le gustan los relojes con péndulo
y los espejos que trabajan afanosos
aunque no mire nadie.

No dice de dónde viene
ni cuándo se irá de nuevo,
pero evidentemente espera esa pregunta.

Según parece,
así como ella a nosotros,
nosotros a ella
también le servimos de algo.



CIERTA GENTE


Cierta gente huyendo de cierta gente.
En cierto país bajo el sol
y bajo ciertas nubes.

Dejan tras de sí su cierto todo,
campos sembrados, ciertas gallinas, perros,
espejos en los que justamente se contempla el fuego.

Llevan en la espalda cántaros y hatillos,
cuanto más vacíos, cada día más pesados.

Tiene lugar calladamente el detenerse de alguien,
y en el tumulto, el arrancarle el pan alguien a alguien
o el sacudir al niño muerto de alguien.

Continuamente ante  ellos un cierto no hacia allá,
un no es éste el puente que hace falta
sobre un río extrañamente rosa.
Alrededor ciertos disparos, más lejos o más cerca,
y en lo alto un avión que , un poco, se balancea.

No estaría mal una cierta invisibilidad,
una cierta parda pedregosidad,
y aún mejor un cierto no-haber-sido
por un tiempo corto o hasta luego.

Algo ocurrirá todavía, pero dónde y qué.
Alguien les saldrá al paso, pero con qué intenciones.
Si es que puede elegir,
quizás no quiera ser un enemigo
y los deje con cierta vida.


LISTA* ¡ Impresionante!

He hecho una lista de preguntas,
cuyas respuestas ya no alcanzaré a saber,
porque es demasiado pronto para ello,
o porque seré incapaz de entenderlas.

La lista de preguntas es larga,
toca temas importantes y menos importantes,
pero como no quiero aburriros
sólo revelaré algunas de ellas:

Qué era real
y qué apenas si lo parecía
en este auditorio
estelar y bajo las estrellas,
donde es necesario tanto billete de entrada
como billete de salida;

Qué pasa con todo ese mundo vivo
que no tendré tiempo
de comparar con otro mundo vivo;

Sobre qué escribirán
pasado mañana los diarios;

Cuándo acabarán las guerras
y por qué otra cosa serán sustituidas,

En qué dedo corazón estará ahora
el anillo del alma
que a mí me fue robado, que perdí;

Cuál es el lugar del libre albedrío
que es capaz de ser y de no ser
al mismo tiempo;

Qué ha sido de decenas de personas:
¿ nos habremos conocido realmente?

Qué intentaba decirme M.,
cuando ya no podía hablar;

¿ Por qué tome por buenas
cosas malas
y que necesito
para no volver a equivocarme'

Tomé nota antes de dormirme
de algunas preguntas.
Al despertarme
ya no pude leerlas.

A veces sospecho
que se trata de un código preciso.
Pero ésta también es una pregunta
que me abandonará algún día.

TODO* Genial

Todo:
palabra impertinente y henchida de orgullo.
Habría que escribirla entre comillas.
Aparenta que nada se le escapa,
que reúne, abraza, recoge y tiene.
Y en lugar de eso,
no es más que un jirón de caos.

Wislawa Szymborska - Instantes-