miércoles, 20 de abril de 2022

 



RECONOCIMIENTO


Frágiles son las alas del tiempo que has vivido. Frágiles y difusas como esbozos trazados al borde mismo de la desmemoria, como indistintas trazas de ceniza que el viento arrastra y disemina por un solar desierto. Su vuelo es una interminable progresión de incertezas que abarca desde un extremo del pasado hasta ese otro extremo al que no llega nunca el porvenir. Entre lo alejadizo y lo contiguo se intercalan los ecos, los barruntos de lo que aconteció en sucesivos plazos inmanentes y lo que en absoluto pudo nunca ocurrir. ¿ Te reconoces de algún modo en esos obstinados extravíos, sabes que eres aquel que ayer mismo dudaba de seguir siendo hoy quien lo pregunta? Se atenúan las brumas a medida que vas atravesando los parajes difíciles del tiempo y alcanzas finalmente a adivinar una salida, una constancia sosegante, una inmersión fugaz en el pretérito. Más allá del amago de sombra que antecede al vacío, perseveran los últimos recuerdos, esos registros instintivos cuya certeza se computa por la reiteración de los errores. Falta la vida, asiste lo vivido. Todo lo transitorio concierne a ese eslabón de la memoria que restaura las cláusulas esquivas del pasado. Lo demás acabará internándose por los mismos atajos que recorre el olvido.


QUE TRATA  DE LOS SEDENTARIOS


Semejante a las memorias de viajes es el trazado de la vida. Un difuso registro de secuencias se van escalonando en la imaginación con una minuciosa arbitrariedad. Hechos vividos y hechos desvividos en las marañas mortuorias de los años, recobran de improviso una insegura realidad apenas razonable, adosada a geografías inconexas, espacios de inciertas toponimias, sinestesias urbanas difícilmente reconocibles. Allí se modifican y entrelazan escenarios donde alguna vez estuve, pero donde tal vez no estuve nunca, mientras que comparecen en la imaginación bellezas transitorias que supuse perennes, las mismas que en los rincones circunvecinos va devorando el imán inhumano de los errabundos. Todo deviene en irreal. Los puntos cardinales sólo en los mapas cumplen su oficio de tinieblas. Nunca podrás circunscribir el viaje a la vida si no estás previamente adiestrado en el oficio de la incertidumbre.

J.M Caballero Bonald

Desaprendizajes


La carencia de dudas vertebra el catecismo del dogmático.