jueves, 5 de octubre de 2017









ELEGIDO POR ACLAMACIÓN

Sí, fue un malentendido.
                                       Gritaron: ¡ a las urnas!
y él entendió: ¡ a las armas! - dijo luego.
Era pundonoroso y mató mucho.
Con pistolas, con rifles, con decretos.

Cuando envainó la espada dijo, dice:
La democracia es lo perfecto.
El público aplaudió. Sólo callaron,
impasibles, los muertos.

El deseo popular será cumplido.
A partir de esa hora soy - silencio-
el Jefe, si queréis. Los disconformes
que levanten el dedo.

Inmóvil mayoría de cadáveres
le dio el mando total del cementerio.


ALOCUCIÓN A LAS VEINTITRES

Ciudadanos perfectos a estas horas,
honorables cabezas de familia
que lleváis a los labios vuestra servilleta
antes de pronunciar las palabras rituales
en acción de gracias por la abundante cena:

vuestra responsabilidad de sólidos pilares
de la civilización y de Occidente,
del consumo de bicarbonato sódico
y del paternalismo hacia  la servidumbre,
exige de vuestra parte
cierta ignorancia de hechos también ciertos,
un esfuerzo final en bien de todos,
la tozuda incomprensión de algunas realidades,
la fe más meritoria, en resumen,
que consiste
en no creer en lo evidente.

Yo podría jurar que la tierra está fija
- ya lo juré otras veces-
y que el sol gira en torno a ella,
yo podría negar que la sangre circula
- lo seguiré negando, si hace falta-
por las venas del hombre, yo podría 
quemar vivo a quien diga lo contrario
- lo estoy quemando ahora-

no es que sean importantes los asuntos
objeto de polémica:
lo importante es la
firmeza en el error.
Pues las mentiras viejas se convierten
en materia de fe,
y de esa forma
quien ose discutirnos
debe afrontar la acusación de impío.
con esto,
y una buena cosecha de limones,
y la ayuda impagable de nuestros coaligados,
podemos esperar algunos lustros
de paz como esta de hoy,
en una noche 
semejante a esta de hoy,
tras una cena
lo mismo que esta de hoy.

Tal como siempre, pues, pedid conmigo:
Más fe, mucha más fe.
                                   Que en cierto modo,
creer con fuerza tal lo que no vimos
nos invita a negar lo que miramos.

ÁNGEL GONZÁLEZ. PALABRA SOBRE PALABRA


martes, 3 de octubre de 2017







                               

                                                       Apología y petición


Y qué decir de nuestra madre España,
este país de todos los demonios
en donde el mal gobierno, la pobreza
no son, sin más, pobreza y mal gobierno
sino un estado místico del hombre,
la absolución final de nuestra historia?

De todas las historias de la Historia
sin duda la más triste es la de España,
porque termina mal. Como si el hombre,
harto ya de luchar con sus demonios,
decidiese encargarles el gobierno
y la administración de su pobreza.

Nuestra famosa inmemorial pobreza,
cuyo origen se pierde en las historias
que dicen que no es culpa del gobierno
sino terrible maldición de España,
triste precio pagado a los demonios
con hambre y con trabajo de sus hombres.

A menudo he pensado en esos hombres,
a menudo he pensado en la pobreza
de este país de todos los demonios.
Y a menudo he pensado en otra historia
distinta y menos simple, en otra España
en donde sí que importa un mal gobierno.

Quiero creer que nuestro mal gobierno
es un vulgar negocio de los hombres
y no una metafísica, que España
debe y puede salir de la pobreza,
que es tiempo aún para cambiar su historia
antes que se la lleven los demonios.

Porque quiero creer que no hay demonios.
Son hombres los que pagan al gobierno,
los empresarios de la falsa historia,
son hombres quienes han vendido al hombre,
los que le han convertido a la pobreza
y secuestrado la salud de España.

Pido que España expulse a esos demonios.
Que la pobreza suba hasta el gobierno.
Que sea el hombre el dueño de su historia.


                          Noche triste de octubre, 1959
                                                                          A Juan Marsé


Definitivamente
parece confirmarse que este invierno
que viene, será duro.


Jaime Gil de Biedma
LAS PERSONAS DEL VERBO