viernes, 17 de abril de 2015

El elefante





El elefante

Cuando era niño, mi abuela me contó la fábula de los ciegos y el elefante.
  Estaban los tres ciegos ante el elefante. Uno de ellos le palpó el rabo y dijo:
_ Es una cuerda.
Otro ciego acarició una pata del elefante y opinó:
_ Es una columna.
  Y el tercer ciego apoyó la mano en el cuerpo del elefante y adivinó:
_ Es una pared.
  Así estamos: ciegos de nosotros, ciegos del mundo. Desde que nacemos, nos entrenan para no ver más que pedacitos. La cultura dominante, cultura del desvínculo, rompe la historia pasada como rompe la realidad presente, y prohíbe armar rompecabezas.

EDUARDO GALEANO. SER COMO ELLOS


El miedo global

 Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
 Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
 Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para  despertar,
Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir.

Puntos de vista/7

  En alguna pared de San Francisco, una mano escribió: " Si el voto cambiara algo, sería ilegal".
  En alguna pared de Río de Janeiro, otra mano escribió: " Si los hombres parieran, el aborto sería legal".
  En la selva, ¿ llaman ley de la ciudad a la costumbre de  devorar al más débil?
 Desde el punto de vista de un pueblo enfermo, ¿ qué significa la moneda sana?
  La venta de armas es una buena noticia para la economía. ¿ Es también una buena noticia para sus difuntos?

Puntos de vista/ 8

  Hasta no hace muchos años, los historiadores de la democracia ateniense no mencionaban más que de paso a los esclavos y a las mujeres. Los esclavos eran la mayoría de la población de Grecia, y las mujeres eran la mitad. ¿ Cómo sería la democracia ateniense vista desde el punto de vista de los esclavos y de las mujeres?.

 La declaración de Independencia de los Estados Unidos proclamó, en 1776, que " todos los hombres nacen iguales". ¿ Qué significaba eso desde el punto de vista de los esclavos que siguieron siendo esclavos después de la declaración? Y las mujeres, que siguieron sin tener ningún derecho, ¿ nacían iguales a quién?

  Desde el punto de vista de los Estados Unidos, es justo que los nombres de los norteamericanos caídos en Vietnam estén grabados sobre un muro de mármol, en Washington. Desde el punto de los vietnamitas que la invasión norteamericana mató, allí faltan sesenta muros.

EDUARDO GALEANO. PATAS ARRIBA. LA ESCUELA AL REVÉS.

lunes, 13 de abril de 2015

LOS ACTOS



EL DESTINO NO ES UN LUGAR

El camino fue largo, y hubo niebla.
Pero existió el espacio. Mas ahora
se ha adensado esa niebla hasta tal punto
que el espacio es el muro que ya rozo.
En él me detendré, y cuando vuelva
los ojos tras de mí la misma niebla
me hará tentar de nuevo el mismo muro,
y si al cielo dirijo la mirada
para salvarme allí la negra niebla
me cegará los ojos, y así será
eso que habéis llamado el sueño eterno.


REVERSO DE LA MEJILLA RUBOROSA

  Y cuándo tú vendrás, y tendré yo la vida
que alguna vez creí que fuera mía,
y ahora sé bien que sólo en el vacío
que he llegado yo a ver, el punto de llegada
será en ti recibir, gran hueco misterioso,
la vida sin final, borrada la mejilla ruborosa,
la vida sin principio ni final.



MI HACEDOR

  Al fin le vi. Airado,
grité mi desconsuelo:

  Un Dios, tan indolente,
que deja su destino
en manos del Azar.


REFLEXIÓN SOBRE UN INCIDENTE

Ha llegado tu voz sin esperarla,
y aunque viene de Munich
ha cruzado un desierto interminable,
sin apenas fatiga,
y con el mismo acento de hace treinta años,
ahora que no hay rescoldos
y la ceniza es mucha, pero fría.
Hemos estando hablando, como si ayer,
en la ciudad que habito como un hueco fantasma,
nos hubiésemos visto y saludado.

  Percibo que la vida es más ajena
de lo que nunca pude sospechar.
Y este tedio de asomarse al espejo 
para ver que, el que miro,
debe de ser aquel que te amó tanto
y que, al igual que a ti,
lo siento muy extraño.
¿ Y quién es el que soy?
Ni siquiera habrá un día, en el futuro,
que alguien llegue a sentir, ni yo,
que aquel que fue, y estoy hablando del que hoy es,
es también un extraño.

  El poema, si uno tiene la fuerza de acabarlo,
da siempre la respuesta.

Francisco Brines. Poesía completa.