lunes, 12 de diciembre de 2022

 

  ¿ Qué presente puede hacerse la noche. Hecha sólo de sí misma, es absoluta, todo espacio le pertenece, se impone con su mera presencia, con la misma presencia del fantasma que sabes que está ahí frente a ti, aunque esté por todas partes, incluso a tus espaldas, y si te refugias en un pequeño espacio de luz de él quedará prisionero, porque a tu alrededor, como un mar que rodea tu pequeño faro, se halla la intransitable presencia de la noche.


Antonio Tabucchi. El tiempo envejece deprisa


                                                                            De noche

  Sumirme en la noche. Del mismo modo en que algunas veces se inclina la cabeza para pensar, sumirme por completo en la noche. Alrededor duermen los hombres. Pero es una pequeña comedia, una inocente ilusión, eso de que duerman en casas, en sólidas camas bajo techos seguros, estirados o acurrucados sobre los colchones, con sábanas y mantas; en realidad se han encontrado todos, un incontable número de personas, un ejército, un pueblo, como una vez antaño, y como lo harán en el futuro, en una zona desértica, un campamento al aire libre, bajo el frío cielo y sobre la fría tierra, arrojados donde habían permanecido en pie, la frente presionada contra el brazo, el rostro contra el suelo, respirando tranquilamente. Y tú despiertas, eres unos de los vigilantes, encuentras al próximo al atizar las brasas del montón de ramas secas a tu lado. ¿ Por qué velas? Uno debe velar, se dice. Uno tiene que hacer acto de presencia.

Franz Kafka. Cuentos completos.


                                            Jo, ¡ qué noche! (1985) Martin Scorsese


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