lunes, 28 de diciembre de 2015

Ay el tiempo! Ya todo se comprende


  Sabe esperar, aguarda que la marea fluya,
-así en la costa un barco- sin que al partir te inquiete.
Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya;
porque la vida es larga y el arte es un juguete. 
Y si la vida es corta
y no llega la mar a tu galera, 
aguarda sin partir y siempre espera,
que el arte es largo y, además, no importa.

     ANTONIO MACHADO






Prefacio

Ser escritor lento sin duda que tiene sus inconvenientes.
Y no sólo porque contraría esa legítima impaciencia humana por dar remate a cualquier empresa antes que del todo olvidemos el afán y las ilusiones que ella pusimos, sino también porque imposibilita, o al menos dificulta, la composición de cierto género de obras, de aquellas concebidas en torno a una primera intuición a la que el escritor tozudamente supedita el mundo de sus solicitudes diarias; semejante sacrificio resulta soportable por una temporada más o menos larga, pero habitualmente más corta que la que a nosotros, los escritores lentos, nos toma el escribir un número de versos suficiente. Puestos a escoger entre nuestras concepciones poéticas y la fidelidad a la propia experiencia, finalmente optamos por esta última. Nuestra actividad vine así a emparejarse con la vida misma - algo como un océano o como un tapiz a cada instante tejido y destejido, siempre vuelto a empezar-, y nuestros libros parece que naturalmente se conformen según esa lógica heraclitana, de que hablaba Juan de Mairena, en las que las conclusiones no resultan del todo congruentes con las premisas, pues en el momento de producirse aquéllas ha caducado ya en parte el valor de éstas.
   Pero la lentitud también tiene sus ventajas. En la creación poética, como en todos los procesos de transformación natural, el tiempo es un factor que modifica a los demás. Bueno o malo, por el mero hecho de haber sido escrito despacio, un libro lleva dentro de sí tiempo de la vida de su autor.
El mismo incesante tejer y destejer, los mismos bruscos abandonos y contradicciones revelan, considerados a largo plazo, algún viso de sentido, y la entera serie de poemas una cierta coherencia dialéctica. Muy pobre hombre ha de ser uno si no deja en su obra - casi sin darse cuenta-algo de la unidad e interior necesidad de su propio vivir. Al fin y al cabo, un libro de poemas no viene a ser otra cosa que la historia del hombre que es su autor, pero elevada a un nivel de significación en que la vida de uno es ya la vida de todos los hombres, o por lo menos - atendidas las inevitables limitaciones objetivas de cada experiencia individual- de unos cuantos entre ellos. Si mi lentitud en el trabajo ha servido para conferir a este libro esa mínima virtud creo que podré estar satisfecho.

                               1959




jueves, 10 de diciembre de 2015

sé dónde está la muerte



Hombre que mira a través de la niebla

Me cuesta como nunca
  nombrar los árboles y las ventanas
  y también el futuro y el dolor
el campanario está invisible y mudo
  pero si se expresara
  sus tañidos
  serían de un fantasma melancólico


la esquina pierde su ángulo filoso
nadie diría que la crueldad existe

la sangre mártir es apenas
  una pálida mancha de rencor
cómo cambian las cosas
  en la niebla

los voraces no son
  más que pobres seguros de sí mismos
los sádicos son colmos de ironía
los soberbios son proas
  de algún coraje ajeno
los humildes en cambio no se ven
pero yo sé quién es quién
  detrás de ese telón de incertidumbre
sé dónde está el abismo
  sé dónde está la muerte
sé dónde no estás tú

la niebla no es olvido
  sino postergación anticipada

ojalá que la espera
  no desgaste mis sueños
ojalá que la niebla
  no llegue a mis pulmones
y que vos muchachita
  emerjas de ella
como un lindo recuerdo 
  que se convierte en rostro

y yo sepa por fin
  que dejas para siempre
  la espesura de ese aire maldito
cuando tus ojos encuentren y celebren
  mi bienvenida que no tiene pausas.

MARIO BENEDETTI

USTEDES PUEDEN IRSE.
YO ME QUEDO.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

me abrazo a tus ausencias



Rostro de vos

Tengo una soledad
tan concurrida
tan llena de nostalgias
y de rostros de vos
de adioses hace tiempo
y besos bienvenidos
de primeras de cambio
y de último vagón

tengo una soledad
tan concurrida
que puedo organizarla
como una procesión
por colores
tamaños
y promesas
por época 
por tacto
y por sabor

sin un temblor de más
me abrazo a tus ausencias
que asisten y me asisten
con mi rostro de vos

estoy lleno de sombras 
de noches y deseos
de risas y de alguna 
maldición

mis huéspedes concurren 
concurren como sueños
con sus rencores nuevos
su falta de candor 
yo les pongo una escoba 
tras la puerta
porque quiero estar solo
con mi rostro de vos

pero el rostro de vos
mira a otra parte
con sus ojos de amor
que ya no aman
como víveres
que buscan a su hambre
miran y miran
y apagan mi jornada

las paredes se van
queda la noche
las nostalgias se van
no queda nada
ya mi rostro de vos
cierra los ojos

y es una soledad
tan desolada.

MARIO BENEDETTI

viernes, 27 de noviembre de 2015

Lo místico siempre existirá- cuanto más se descubra- más cosas inexplicables habrá-


En general
el arte surge
de la necesidad de un ser humano
de comunicarse
con otro-
Todos los medios son igual de
buenos-
En la pintura como en la literatura
a menudo se confunden los medios
con el fin- la Naturaleza es
el medio no el fin-
Si se puede obtener
algo alterando
la naturaleza-hay
que hacerlo-
En un estado de ánimo
intenso
un paisaje ejercerá
cierto efecto sobre
la persona- al representar
este paisaje ( la persona) llegará a
una imagen de su propio estado-
y esto- este estado de
ánimo es lo principal
- La naturaleza no es más que
el medio-
Hasta qué punto se parece
luego la imagen a la naturaleza
carece de importancia-
Es imposible
explicar un cuadro
- Se ha pintado precisamente
porque no puede
explicarse de otra manera-
Lo único que se puede
 ofrecer es un indicio de
la dirección que se
tenía en mente
No creo en el arte
que no se haya
impuesto por
la necesidad de una persona
de abrir su corazón
Todo arte- la literatura como
la música- ha de ser engendrado
con los sentimientos más profundos-
El arte son los sentimientos más profundos



        no basta con
sentarse a mirar cada objeto y
pintarlo exactamente como lo ves
hay que pintarlo
tal y como debe ser- tal y como era
cuando el motivo te conmovió
y si luego eres
incapaz de pintar de memoria
y de ves obligado a usar modelos,
necesariamente te saldrá mal

                           Lo que
hay que sacar a la luz es el ser humano,
la vida. No la naturaleza muerta.

No es la silla lo que hay que pintar
sino lo que ha sentido una persona
al verla.



11-4-08

No se pinta
copiando la naturaleza-
Se toma de ella
o se sirve uno de
su rica fuente

ARTE Y NATURALEZA

El arte es lo contrario
de la naturaleza-
( al menos en cierto sentido)
Una obra de arte sale únicamente
de las profundidades
del ser humano
_ El arte es la forma
del cuadro-
nacido a través de los nervios-
ojo- cerebro y corazón-
del ser humano
El arte es la necesidad
humana de cristalización
La naturaleza no es solo
lo visible
para el ojo-también son
las imágenes interiores del alma
- en la parte posterior del ojo-
El impresionismo
es un gran regazo
en la caldera de la naturaleza
- un nuevo país para
el reino del arte
Si se quiere pintar
Pintar
estados de fuerte agitación
 meramente copiando
la naturaleza
-o la naturaleza vista
en un estado de fuerte agitación
supone un esfuerzo terrible
para los nervios-
Absorber en pocas horas
la naturaleza relativamente
indiferente-y después
en esas pocas horas
dejar que lo visto se filtre
por las cámaras
del ojo- del cerebro
de los nervios-
del corazón-
dejar que arda
en la pasión-
El horno del infierno del alma-
es extremadamente
agresivo para
los sistemas nerviosos
( P(or ejemplo) Van Gogh...)
( En parte yo mismo)

No pinto lo
que veo sino lo que
vi ( una frase pronunciada
por mí alrededor de 1890 y ahora
en 1925 anotada aquí)




En mi arte he intentado
explicarme la vida y su sentido


ENERO

Actúo o bien inspirado y con precipitación
rápido ( sin pensar e infeliz- inspirado y con un
 resultado feliz) o tras larga reflexión- y con 
preocupación -En esos casos el resultado
es a menudo más flojo y puede malograrse
- El resultado puede ser 
la destrucción de la obra-
Esto vale para mí como pintor
y como ser humano-

EN LA PLAYA. MELANCOLÍA

Caminaba por la orilla del mar- había
luz de luna entre las nubes oscuras-las  piedras
se alzaban sobre el agua como misteriosos
humanos del mar- grandes
cabezas blancas hacían muecas
y se reían -unas arriba
en la playa otras abajo en el agua
- el mar azul oscuro violeta se levantaba
y caía- suspirando entre- las piedras-

Una noche caminaba solitario-
junto al agua- suspiros y rumores
entre las piedras- largas nubes
grises en el horizonte-
-estaba todo como extinto-como
en otro mundo- un paisaje de fantasmas
-pero de pronto hubo vida en el muelle
-un hombre y una mujer- y aún apareció
otro hombre- con los remos
al hombro- y la barca allá abajo- lista
para zarpar-
Se parece a ella - sentí una punzada
en el pecho- ¿ estaba ella aquí?-Yo sé
que está lejos- y aún así aun así
esos son sus movimientos- así solía
pararse ella-con el brazo en la cadera
Dios- Dios del cielo- apiádate de mí
- no puede ser ella-


Están bajando- ella y él-van a cruzar
a la isla del otro lado- en la clara noche 
de verano caminarán allí
entre los árboles- del brazo-
El aire es tan suave- debe de ser
hermoso amar ahora
el barco se fue alejando- los golpes
de los remos seguían sonando
sobre la superficie del agua
-Estaba solo- las olas se deslizaban
monótonamente hacia él- rumores
y rumores entre las piedras-




Donde se forja
la cadena de la vida

En su pálida belleza la Madonna
(siente) que ha llegado el momento
de que la vida corra a través de ella
-de que la cadena se forje
de milenio en milenio-
-El acto de la creación-
la vida nace para a su vez parir
y morir - Su boca respira
dolorosamente-
en una de sus comisuras
hay un fantasma en lo otra
la alegría de vivir-



Paseaba por el 
camino con dos
amigos- cuando
se puso el sol
De pronto el cielo
se tornó rojo sangre
Me paré, me apoyé
sobre la valla extenuado
hasta la muerte- sobre
el fiordo y la ciudad
negros azulados
la sangre se extendía
en lenguas de fuego
Mis amigos siguieron
y yo me quedé atrás
temblando de angustia-
y sentí que un inmenso 
grito  infinito recorría
la naturaleza



EL BESO

DOS LABIOS ARDIENTES CONTRA LOS MÍOS
EL CIELO Y LA TIERRA SE DESVANECIERON
Y DOS OJOS NEGROS MIRARON DENTRO
 DE LOS MÍOS




VEO A TODAS LAS PERSONAS
DETRÁS DE SUS MÁSCARAS
ROSTROS SONRIENTES, TRANQUILOS
PÁLIDOS CADÁVERES- QUE CORREN 
INQUIETOS POR UN
 SINUOSO CAMINO CUYO
FINAL ES LA TUMBA

De mi cuerpo putrefacto
surgirán las flores-
y yo estaré  en ellas-
La eternidad



Edvard Munch   EL FRISO DE LA VIDA

-No- es imposible.

lunes, 9 de noviembre de 2015

El bar estaba lleno


" Cada libro es un milagro _ decía Bill_ . Cada libro representa un momento en el que alguién se sentó en silencio ( y ese silencio forma parte del milagro, no te engañes), e intentó contarnos a los demás una historia.
 Bud podía hablar sin fin de la esperanza de los libros, de la promesa de los libros. Decía que no era casualidad que un libro se abriera igual que una puerta. Además, decía, intuyendo una de mis neurosis, los libros podían usarse para poner orden al caos. A mis catorce años, era más vulnerable que nunca al caos. Mi cuerpo estaba creciendo, le salía pelo por todas partes, se agitaba con unos deseos que yo no comprendía. Y el mundo, más allá de mi cuerpo, parecía igualmente volátil y caprichoso. Mis días estaban controlados por profesores, mi futuro estaba en manos de la herencia de mi sangre y la suerte. Sin embargo, Bill y Bud me prometían que mi cerebro era mío y que siempre lo sería. Decían que al optar por los libros adecuados, y al leerlos despacio, cuidadosamente, siempre podría mantener, al menos, el control de aquello...


 - ¿ Me dejas que te diga una cosa?- me preguntó el cura-. ¿ Sabes por qué Dios inventó a los escritores? Porque le encantan las buenas historias. Y las palabras le traen sin cuidado. Las palabras son las cortinas que colgamos entre Él y nuestro verdadero Yo. Tú intenta no pensar  en las palabras. No te esfuerces en buscar la frase perfecta. Eso no existe. Escribir es cuestión de adivinar. Cada frase es un tanteo educado, tanto del lector como tuyo. Piénsalo así la próxima vez que metas una hoja de papel en la máquina de escribir.

- ¿ y quién podía pedirle más a la vida?- no necesitaba ni quería nada.

J.R Moehringer. El bar de las grandes esperanzas.


lunes, 14 de septiembre de 2015

El espejo




El espejo


Hoy he visto mi rostro tan ajeno,
tan caído y sin par
en este espejo.

Está duro y tan otro con sus años,
su palidez, sus pómulos agudos,
su nariz afilada entre los dientes,
sus cristales domésticos cansados,
su costumbre sin fe, sólo costumbre.
He tocado sus sienes: aún latía
un ser allí. Latía. ¡ Oh vida, vida!

Me he puesto a caminar. También fue niño
este rostro, otra vez, con madre al fondo.
De frágiles juguetes fue tan niño,
en la casa lluviosa y trajinada,
en el parque infantil
- ángeles tontos-
niño municipal con aro árboles.

Pero ahora me mira- mudo asombro,
glacial asombro en este espejo solo-
y ¿ dónde estoy- me digo-
y quién me mira
desde este rostro, mascara de nadie?

Consiento

Debo morir. Y sin embargo, nada
muere, porque nada
tiene fe suficiente
para poder morir.

No muere el día,
pasa,
ni una rosa,
se apaga;
resbala el sol,
no muere.

Sólo yo que he tocado
el sol, la rosa, el día,
y he creído,
soy capaz de morir.


" Acuérdate del hombre que suspira..."


Me parcelan. Dividen mis derechos
y los defienden por igual.
Ellos, los poderosos
o los santos
o los profesores
o los poetas
o los arzobispos
o los políticos,
los que suelen hablar
en representación de todo el mundo
o quién sabe de quién.
En representación de mí,
que tengo hambre o como
o lloro ( ¿ en representación de quién?),
de mí tan singular, tan oscuro y diario
que me toco, río y muero a la vez
y en representación de mí mismo solamente
amo la vida así.




José Ángel Valente

jueves, 20 de agosto de 2015

Estos días azules y este sol de la infancia






NOCTURNO

                                                     A Juan Ramón Jiménez

   ... berce sur l´azur qu´un vent douce efleure
       L´arbre qui frissonne et lóiseau qui pleure
                                                            VERLAINE


Sobre el campo de abril la noche ardía
de gema en gema en el azul... El viento
un doble acorde en su laúd tañía
de tierra en flor y sideral lamento.

                          *


Era un árbol sonoro en la llanura,
dulce cantor del campo silencioso,
que guardaba un sollozo de amargura
ahogado en el ramaje tembloroso.
 Era un árbol cantor, negro y de plata
bajo el misterio de la luna bella,
vibrante de una oculta serenata,
como un salmo escondido de una estrella.
  Y era el beso del viento susurrante,
y era la brisa que las ramas besa,
y era el agudo suspirar silbante
del mirlo oculto entre la fronda espesa.
  Mi corazón también cantará el almo
salmo de abril bajo la luna clara,
y del árbol cantor el dulce salmo
en un temblor de lágrimas copiara
- que hay en el alma un sollozar de oro
que dice grave en el silencio el alma,
como un silbante suspirar sonoro
dice el árbol cantor la noche en calma-
si no tuviese mi alma en ritmo estrecho
para cantar de abril la paz en llanto,
y no sintiera el salmo de mi pecho
saltar con eco de cristal y espanto.






Yo voy soñando caminos
de la tarde. ¡ Las colinas
doradas, los verdes pinos, 
las polvorientas encinas!...
¿Adónde el camino irá?
  Yo voy cantando, viajero
a lo largo del sendero...
_ La tarde cayendo está_.
  "En el corazón tenía
la espina de una pasión;
logré arrancármela un día:
ya no siento el corazón."
 Y todo el campo un momento
se queda, mudo y sombrío,
meditando. Suena el viento
en los álamos del río.
  La tarde más se oscurece;
y el camino que serpea 
y débilmente blanquea,
se enturbia y desaparece.
 Mi cantar vuelve a plañir:
" Aguda espina dorada,
quién te pudiera sentir
en el corazón clavada".

ANTONIO MACHADO


Qué alegría, vivir
sintiéndose vivido.
Rendirse
a la gran certidumbre, oscuramente,
de que otro ser, fuera de mí, muy lejos,
me está viviendo.

PEDRO SALINAS


Luchamos por fijar nuestro anhelo,
Como si hubiera alguien, más fuerte que nosotros,
Que tuviera en memoria nuestro olvido.

LUIS CERNUDA

miércoles, 5 de agosto de 2015

¡Gracias!





Para que el carácter de un ser humano desvele cualidades verdaderamente excepcionales, hay que tener la fortuna de poder observar su actuación durante largos años. Si dicha actuación está despojada de todo egoísmo, si la idea que la rige es de una generosidad sin par, si es absolutamente cierto que no ha buscado ninguna recompensa y que, además, ha dejado huellas visibles en el mundo, entonces nos hallamos sin duda alguna, ante un carácter inolvidable.



   Cuando pienso que un solo hombre, reducido a sus simples recursos físicos y morales, fue capaz de hacer surgir del desierto este país de Canaán, siento que, pese a todo la condición humana es admirable. Pero cuando llevo la cuenta de toda la constancia en la grandeza del alma y de todo el empeño en la generosidad que han sido necesarios para obtener este resultado, me invade un  inmenso respeto por ese viejo campesino iletrado que supo completar una obra digna de Dios.

el hombre que plantaba árboles.  Jean Giono

miércoles, 22 de julio de 2015

Tal vez no pasa el tiempo/ pasan imágenes de tiempo/ si no vuelven las horas vuelven las presencias/ En esta vida hay otra vida



La hora se vacía.
Me cansa el libro y lo cierro.
Miro, sin mirar, por la ventana.
Me espían mis pensamientos.
                                             Pienso que no pienso.
Alguien, al otro lado, abre una puerta.
Tal vez, tras esa puerta,
no hay otro lado.
                           Pasos en el pasillo.
Pasos de nadie: es sólo el aire
buscando su camino.
                                 Nunca sabemos
si entramos o salimos.
                                     Yo, sin moverme,
también busco - no mi camino:
el rastro de los pasos
que por años diezmados me han traído
a este instante sin nombre, sin cara.
Sin cara, sin nombre.
                                 Hora deshabitada.
La mesa, el libro, la ventana:
cada cosa es irrefutable.
                                      Sí,
la realidad es real.
                            Y flota
-enorme, sólida, palpable-
sobre este instante hueco.
                                        La realidad
está al borde del hoyo siempre.
Pienso que no pienso.
                                     Me confundo
con el aire que anda por el pasillo.
El aire sin cara, sin nombre.

Sin nombre, sin cara,
sin decir: he llegado,
                                 llega.
Interminablemente está llegando,
inminencia que se desvanece
en un aquí mismo
                             más allá siempre.
Un siempre nunca.
                              Presencia sin sombra,
disipación de las presencias,
Señora de las reticencias
que dice todo cuando dice nada,
Señora sin nombre, sin cara.

Sin cara, sin nombre:
miro
   - sin mirar;
pienso
    - y me despueblo.
Es obsceno,
dije en una hora como ésta,
morir en su cama.
                            Me arrepiento:
no quiero  muerte de fuera,
quiero morir sabiendo que muero.
Este siglo está poseído.
En su frente, signo y clavo,
arde una idea fija:
todos los días nos sirve
el mismo plato de sangre.
En una esquina cualquiera
-justo, omnisciente y armado-
aguarda el dogmático sin cara, sin nombre.

Sin nombre, sin cara:
la muerte que yo quiero
lleva mi nombre,
                             tiene mi cara.
Es mi espejo y es mi sombra,
la voz sin sonido que dice mi nombre,
la oreja que escucha cuando callo,
la pared impalpable que me cierra el paso,
el piso que de pronto se abre.
Es mi creación y soy su criatura.
Poco a poco, sin saber lo que hago,
la esculpo, escultura de aire.
Pero no la toco, pero no me habla.
Todavía no aprendo a ver,
en la cara del muerto, mi cara.


Octavio Paz


Yo no escribo para matar el tiempo
ni para revivirlo
escribo para que me viva y reviva...

Octavio Paz

sábado, 11 de julio de 2015

YA CASI*

CAÍDA

Y me vuelvo a caer desde mí mismo
al vacío,
a la nada.
   ¡ Qué pirueta!
¿ Desciendo o vuelo?
No lo sé.
Recibo
el golpe de rigor, y me incorporo.
Me toco para ver si hubo gran daño,
mas no me encuentro.
Mi cuerpo ¿ dónde está? 
Me duele sólo el alma.
Nada grave.




LA VERDAD DE LA MENTIRA

Al lector se le llenaron de pronto los ojos de lágrimas,
y una voz cariñosa le susurró al oído:
- ¿ Por qué lloras, si todo
en ese libro es de mentira?
Y él respondió:
   - Lo sé;
pero lo que yo siento es de verdad.



A VUELTAS

Y ahora, ¿ dónde estoy?:
en el lugar del que vengo,
no en el lugar al que voy.

Pese a todo, sigo viaje.
Me detengo
para mirar el paisaje,
lo reconozco y me digo:
ya lo vi.

Pues entonces,¿por qué sigo?

Porque sí.


ARTE DE MAGIA

Sin moverme de mí, 
desaparecí.
Nada por allá,
nada por aquí.

Nada, nadie, nada.

No estoy donde estaba.
No estoy, simplemente.
Así, 
de repente
me desvanecí
sin dejar vestigio.

¿ Quién hizo el prodigio?

La muerte es la mejor prestidigitadora.


* YA CASI

Esto, 
que está muy mal,
está pasando. 
Como pasó el amor,
pasará el desconsuelo.
¿ Acabaré agradeciendo al tiempo
lo que en él siempre odié?
Que todo pase,
que todo lo convierta al fin en nada.


ÁNGEL GONZÁLEZ. NADA GRAVE

jueves, 9 de julio de 2015



Sin ti la poesía
ya no me dice nada,
y nada tengo que decirle a ella.
La única palabra
que entiendo y que pronuncio
es ésta
que con todo mi amor hoy te dedico:
nada.








LEO POEMAS

Leo poemas al azar,
leo casi sin pensar en lo que leo.
Cuando me encuentro un verso triste,
siento en el alma como una caricia. 
No es que me alivie la tristeza ajena,
es que me siento menos solo

sábado, 4 de julio de 2015

Tengo un pequeño sueño de una ventana por abrir: ¡Y qué paisaje no sería estar feliz!



EXPLICACIÓN DE LOS ÁRBOLES Y DE OTROS ANIMALES

Después de las quemas las lluvias
Hacen que las plantas afloren
Llamaradas vegetales y volcánicas
Verdes como el fuego
Rápidamente descienden sobre cráteres concisos
Y savia
Y derraman el perfume como lava

Y si quisiéramos quemar animales de gran tamaño
Ellos no regresarían. Pero la muerte
De las plantas es su infancia
Nueva. Los tallos se levantan
Llenos de crías recién nacidas

Y también los corazones de los hombres arden
Beben vino, leche y agua y no apagan
El amor




Me causa aflicción todo lo que muere
Como me da pavor cada noche que cae
¿ Cómo he podido olvidar el camino hacia fuera?

Infeliz de mí que olvidé las sendas de la caza.
¿ Comeré hierba? ¿ Sol? ¿ Comeré estepas y estepas
Ardiendo?

Voy a ponerme a la mesa y esperar.

Me causa aflicción toda ausencia no anunciada
He encendido la luz por toda la casa y he electrificado la voz
Ahora puedo ampliar el fulgor de los gritos.

Puedo abrir veredas en el  fuego: conozco el ritmo de la mano exacta
Que hizo al pueblo atravesar en seco el interior de las aguas.

Voy a sentarme a la mesa.Voy a dejar que se enfríe la comida.
A hacerme la cuenta de que estoy esperando.



Ojalá hubiese una señal que nos condujera
Y únicamente al impulso de crecer nos guiase. Tener
de los árboles
La  incomparable paciencia de buscar lo alto
La verde bondad de permanecer
Y orientar a los pájaros

EXPLICACIÓN DE LA PIEDRA
EN CUANTO LUMBRE



La piedra está posada sobre sí misma
En tiempos de indigencia no pedirás otra abundancia
Ningún otro verso o casa
Ninguna otra firmeza

La simiente brota bajo el peso de la tierra
La voz de las cigarras bajo el peso del calor
Una piedra pesa sobre la piedra
Las manos unidas no tienen fuerza así
En el tallo la hoja no tiene ese equilibrio

Y te  columpias ojos adentro
Inundando de paisajes la ceguera



1

Si enciendo la luz
No moriré sólo




EXPLICACIÓN DE LAS CASAS

La puerta vive a la espera
De perfil se ensombrece
Y descansa

El escalón es paciencia
El umbral anuncio
El silencio es el lugar
Donde llamarán las manos

Mañana termino la entrada...






domingo, 21 de junio de 2015

"En ese acantilado desde el que se divisa el cruce de la vida con la muerte, alcancé una noche a ver plenariamente el mundo"




PUERTA CONDENADA


El lento movimiento del desdén se parece al de esas
bisagras de tan inaceptable compostura; se desplazan
desde la inercia hacia su propia disfunción y en el tra-
yecto trazan  el eje circular de un insidioso límite. Cru-
je en la noche la versatilidad de las maderas, gimen
los parteluces bajo la trabazón de las ferreterías, ja-
dean las juntas como cuerpos articulados en algún
vulnerable distrito del deseo. Pero tú, el que me oyes,
olvídate de esa requisitoria que desde la sinrazón
atañe a tu ventura, olvídate de tantos quejumbrosos
sortilegios murales. No supedites nunca tu conducta
al de esa puerta mal cerrada merced al raudo alarde
de su giro, abre los ojos al tránsito veloz de lo pre-
sunto, umbral de luz movible que franquea la vida.

DESAPRENDIZAJES

Nunca has tenido tiempo de atajar ese moho que ha
acabado invadiendo las paredes, las lindes, el lento
beneplácito de aquella casa irreductible, la más veraz
y perentoria de las que te acogieron en las contra-
rias rutas de la inseguridad. Allí los años se escindían
como si fueran grietas de maderas antiguas, mientras
se acrecentaban esas carcomas insaciables que iban
precipitando los derrumbes con la misma tenacidad
que esgrimen los falsarios para activar el trance de la
defraudación. Pero aún tienes tiempo ( aunque ya no
haya tiempo) de impedir la acechante potencia de
tantos subrepticios estorbos de la libertad. La he-
rrumbre y sus inhóspitas argucias conocen bien el
largo menoscabo de los materiales de construcción, su
pericia fragmentadora en la cimentación de lo unita-
rio, Tu tarea consiste justamente en desocupar de fa-
lacias las volubles informaciones que se fueron jun-
tando en tu experiencia, desplazar esos conocimientos
a los trasuntos perdidizos del olvido, corregir desde
el fondo lo infundado. Todavía estás a tiempo de co-
menzar a reconstruir tu casa, reescribir tu historia,
desaprendiendo al fin lo consabido.

RECONOCIMIENTO

Frágiles son las alas del tiempo que has vivido. Frágiles
y difusas como esbozos trazados al borde mismo
de la desmemoria, como indistintas trazas de ceniza
que el viento arrastra y disemina por un solar desierto.
Su vuelo es una interminable progresión incertezas
que abarca desde un extremo del pasado hasta ese
otro extremo al que no llega nunca el porvenir.
Entre lo alejadizo y lo contiguo se intercalan los ecos,
los barruntos de lo que aconteció en sucesivos plazos
inmanentes y lo que en absoluto pudo nunca ocurrir.
¿ Te reconoces de algún modo en esos obstinados ex-
travíos, sabes que eres aquel que ayer mismo dudaba
de seguir siendo hoy quien lo pregunta? Se atenúan
las brumas a medida que vas atravesando los parajes
difíciles del tiempo y alcanzas finalmente a adivinar
una salida, una constancia sosegante, una inmersión
fugaz en el pretérito. Más allá del amago de sombra
que antecede al vacío, perseveran los últimos recuer.
dos, esos registros instintivos cuya certeza se compu-
ta por la reiteración de los errores. Falta la vida, asiste
lo vivido. Todo lo transitorio concierne a ese eslabón
de la memoria que restaura las cláusulas esquivas del
pasado. Lo demás acabará internándose por los mis-
mos atajos que recorre el olvido.

J.M Caballero Bonald

Desaprendizajes

" El que soy y el que fui se juntan, se interfieren a menudo y fingen ser el mismo".



domingo, 24 de mayo de 2015

Hay mucha angustia en la oscuridad del remordimiento, en el calabozo de lo irreparable.

                                                                                1


Aquí está la persona que necesito.¡Hola, persona! No me oye.
  Tal vez si existiera el futuro, concreta e individualmente, como algo que un cerebro superior pudiera discernir, el pasado no sería tan seductor: sus exigencias estarían equilibradas por las del futuro. Entonces las personas podrían sentarse a horcajadas en el centro del balancín cuando examinaran este o aquel objeto. A lo mejor sería divertido.
 Pero el futuro carece de semejante realidad ( como la poseen el pasado que nos representamos mentalmente o el presente que percibimos); el futuro no es más que una figura retórica, un espectro del pensamiento.
  ¡Hola, persona! ¿ Qué ocurre? No tires de mí. No le estoy molestando, de veras. Oh, de acuerdo.
 Hola, persona... ( por última vez, en voz muy baja).
 Cuando nosotros nos concentramos en un objeto material, sea cual fuere su situación, el acto mismo de la atención puede provocar nuestra caída involuntaria en la historia de ese objeto. Los principiantes han de aprender a deslizarse apenas sobre la materia si quieren que la materia permanezca en el nivel exacto del momento. ¡ Cosas transparentes, a través de las cuales brilla el pasado!
  Resulta especialmente difícil mantener en un enfoque superficial los objetos artificiales o naturales, inertes en sí mismos, pero muy utilizados por seres vivos despreocupados ( usted piensa, y con toda razón, en una piedra en la ladera de un cerro sobre la que se ha deslizado una multitud de animalillos en el curso de incalculables estaciones): los principiantes atraviesan la superficie, tatareando alegremente para sus adentros y pronto se recrean con infantil abandono en la historia de esta piedra, de ese brezo. Me explicaré. Una ligera película de realidad inmediata se extiende sobre la materia natural y artificial, y quienquiera que desee permanecer en el ahora, con el ahora, sobre el ahora, debe tener cuidado de no romper esa película. De lo contrario, el inexperto taumaturgo ya no se verá andando sobre las aguas, sino descendiendo verticalmente entre peces que le contemplan asombrados. Más dentro de un momento.

VLADIMIR NABOKOV. Cosas transparentes







   Me gustaría contar la historia que conté por primera vez a Michelle Porte, que había rodado una película sobre mí. En aquel momento de la historia, me encontraba en lo que se llamaba la despensa, en la "casita" con la que comunicaba la casa. Estaba sola. Esperaba a Michelle Porte en la mencionada despensa. Con frecuencia me quedo así, sola, en esos lugares tranquilos y vacíos. Mucho rato. Y fue en aquel silencio, aquel día, cuando de repente, en la pared, muy cerca de mí, vi y oí los últimos minutos de la vida de una mosca común.
  Me senté en el suelo para no asustarla. Me quede quieta.
  Estaba sola con ella en toda la extensión de la casa. Nunca hasta entonces había pensado en las moscas, excepto para maldecirlas, seguramente. Como usted. Fui educada como usted en el horror hacia esa calamidad universal, que producía la peste y el cólera.
  Me acerqué para verla morir.
  La mosca quería escapar del muro en el que corría el riesgo de quedar prisionera de la arena y del cemento que se depositaban en dicha pared debido a la humedad del jardín. Observé cómo moría una mosca semejante. Fue largo. Se debatía contra la muerte. Duró entre diez y quince minutos y luego se acabó. La vida debió acabar. Me quedé para seguir mirando. La mosca quedó contra la pared como la había visto, como pegada a ella.

 Me equivocaba: la mosca seguía viva.
  Seguí allí mirándola, con la esperanza de que volviera a esperar, a vivir.

  Mi presencia hacia más atroz esa muerte. Lo sabía y me quedé. Para ver. Ver cómo esa muerte invadiría progresivamente a la mosca. Y también para intentar ver de dónde surgía esa muerte. Del exterior, o del espesor de la pared, o del suelo. De qué noche llegaba, de la tierra o del cielo, de los bosques cercanos, o de una nada aún innombrable, quizás muy próxima, quizá de mí, que intentaba seguir los recorridos de la mosca a punto de pasar a la eternidad.

  Ya no sé el final. Seguramente la mosca, al final de sus fuerzas, cayó. Las patas se despegaron de la pared. Y cayó de la pared. No sé nada más, salvo que me fui de allí. Me dije: " Te estás volviendo loca". Y me fui de allí.

  La muerte de una mosca: es la muerte. Es la muerte en marcha hacia un determinado fin del mundo, que alarga el instante del sueño postrero. Vemos morir a un perro, vemos morir a un caballo, y decimos algo, por ejemplo pobre animal... Pero por el hecho de que muera una mosca, no decimos nada, no damos constancia, nada....

MARGUERITE DURAS. ESCRIBIR



miércoles, 13 de mayo de 2015

14.717

1.doc

  Una vez al año, en el equinoccio de primavera, hago inventario. Porque sí, solo para ver y comprobar que nunca cambia nada. En ese momento del año tan particular en que la noche y el día se reparten el tiempo a partes iguales, hago inventario con la descabellada idea, anidada en lo más recóndito de la cabeza, de que quizá, sí, quizá algún día pueda cambiar algo a priori tan inmutable como el número de azulejos que alicatan mis dominios de arriba abajo. Es tan inútil e idiota como creer en la existencia del príncipe azul, pero hay en mí una parcela de niña pequeña que se resiste a morir y que, una vez al año, quiere creer en los milagros. Me sé de memoria mis azulejos. A pesar del ataque diario de la esponja y los detergentes, muchos brillan como el primer día y han sabido conservar intacta esa vidriosidad ligeramente lechosa que recubre su terracota. A decir verdad, me interesan poco.Su elevado número ha hecho de su perfección una banalidad sin atractivo. Mi atención está más bien dirigida a los cojos, a los resquebrajados, a los amarillentos, a los mellados, a todos los que el tiempo ha estropeado y que dan al lugar, además de ese aspecto anticuado que ha acabado por gustarme, un toque de imperfección que, por extraño que pudiera parecer, me tranquiliza. " Es en las cicatrices de los gueules cassées* donde se pueden leer las guerras, Julie, no en las fotos de los generales envarados en sus uniformes almidonados y repulidos", me dijo un día mi tía mientras las dos sacábamos brillo a las baldosas a golpe de gamuza para devolverles su lustre de antaño. A veces me digo que la sensatez de mi tía merecería ser enseñada en la facultad. Mis gueules cassées particulares dan testimonio de que aquí como en todas partes no existe la inmortalidad. Entre todo este pequeño universo de baldosas deterioradas, tengo mis preferidas, como una que está encima a la izquierda del tercer grifo y cuya ausencia de brillo dibuja una estrella de cinco puntas, o como otra a la que nunca se le ha ido el brillo pero cuyo aspecto extrañamente apagado contrasta con la pureza rutilante de sus congéneres de la pared norte.

Jean- Paul Didierlaurent. El lector del tren de las 6.27

*Caras rotas, expresión utilizada para referirse a los heridos veteranos de la Primera Guerra Mundial.

miércoles, 29 de abril de 2015

DEFINICIÓN DE LA NADA



  " ¿ Y ahora?" - se preguntó Gregor y miró a su alrededor en medio de la oscuridad. Al poco tiempo hizo el descubrimiento de que no se podía mover. No se sorprendió, más bien le resultó algo antinatural que se hubiera podido mover hasta ese momento con aquellas patitas tan delgadas. Por lo demás, se sentía relativamente cómodo. Notaba, es cierto, dolores por todo el cuerpo, pero le parecía como si fueran cada vez más débiles y como si, finalmente, fueran a desaparecer. Apenas sentía ya la manzana podrida en su espalda y el entorno infectado, cubierto completamente de una tenue capa de polvo. Pensaba en su familia con amor y emoción. Su opinión de que tenía que desaparecer era quizás en él más decidida que en su hermana. Permaneció en ese estado pensativo, vacío y pacífico, hasta que el reloj de la torre dio las tres de la madrugada. Aún pudo ver el clarear del amanecer por la ventana. Luego, su cabeza se hundió involuntariamente, y de las ventanas de la nariz se escapó, débil, su último suspiro.

Franz Kafka. La metamorfosis





  Seguía haciéndome más pequeño, ¿hasta cuándo? ¿ Hasta llegar a lo infinitesimal? ¿ Qué era yo? ¿ Seguía siendo un ser humano o era el hombre del futuro?  Qué próximos están lo infinitesimal y lo infinito. De pronto comprendí que en realidad eran los dos extremos de un mismo concepto. Lo increíblemente pequeño y lo increíblemente grande se encuentran en un momento dado para cerrar un gigantesco círculo. Sentí como si pudiera abrazar el cielo, el universo...y en ese momento conocí la respuesta del enigma de la respuesta del infinito. Hasta entonces había pensado dentro de la limitada dimensión humana, que la existencia tiene un principio y un fin, es un concepto humano no divino, sentí que mi cuerpo disminuía, se disolvía, se convertía en la nada, desapareció el miedo y se convirtió en aceptación... toda la majestuosa grandeza de la creación tenía que tener un significado... y yo, sí, yo el más pequeño de los pequeños, tenía un significado. Para Dios el cero no existe, yo sigo existiendo.

El increíble hombre menguante. 1957



martes, 28 de abril de 2015

La rosa de las noches





  Todas las noches de mi vida, hasta el alba,
sin llegar nunca a nadie,
en ciudades distintas, los ojos en acecho,
son  una turbia rosa negra.
Se cumple así la sed que concedo a la carne,
esta  difusa espera, que es la fidelidad de mis cansancios,
o el encuentro de alguna luz pequeña que se abate,
tras del furor, en las cansadas sábanas.
Allí donde los cuerpos se nutren de reposo
que no es mortal aún,
 en esa hora tan dura
en que la luz es agria, es una ciega rosa blanca.


  Todas las noches de mi vida, envejeciendo,
son una infame rosa negra,
son una rosa negra y solitaria,
una encantada y desvalida rosa.
Si volviera a vivir, yo quisiera aspirarla
de nuevo sin piedad,
pues por ella existí, aunque me devorase.

  Yo miraba los astros, su hermosura
y nada aquel  espejo  reflejó
que a él se asemejase:
sólo la quemadura del vivir,
que aun sin fulgor pecado, yo sé que existe.

  Todas las noches de mi vida,
                                                 también las que  vendrán,
son una iluminada rosa negra,
un secreto esplendor que aun no es ceniza
y nadie puede ver,
y que este ciego roza
lleno de ardor, con Las manos tendidas.



DONDE EL AMOR SE ACABA

  Suavísima materia cenicienta
que, desde la sequedad,
perdura en la memoria de sí misma,
y  puede sentir  aún la luz
del sol, cayendo entre los mármoles desiertos,
ya nunca más de él,
y esta débil nostalgia de volver a la carne,
de ser de nuevo el sueño
que sufría.

   Hubo una vez un sueño
y existía el amor, mordía el desamor,
y ese sueño es la vida:
un imposible siempre.

  ¿Y  por qué este misterio que habita las cenizas?
Que nunca llegue el hálito de Dios
o del Azar,
y sople en la materia
donde el amor se acaba todavía.
Y si ha de suceder
que sea el dedo humano el que la extinga,
cesándola en la luz,
destejida en el Tiempo.


DESAPARICIÓN DE UN PERSONAJE EN EL RECUERDO

  Reposa el huerto anclado en el otoño,
y miro el valle en luz que da en el mar.
El sol, dormido y leve, se asemeja
al rostro que yo amé, pues fuera así  de hermoso
mirarlo ahora.
Van llamando los años en mi cuerpo,
y los voy alojando con incomodidad,
vanos y numerosos. Se tienden en mi cama,
manchan mi soledad, hastían mi figura en los espejos.
No vivo con quien quiero. Tú no estás.
¿En dónde te has quedado? ¿Quién contempla,
como si sólo tú fueses el tiempo,
tu luz o tu presencia?
Me esfuerzo por salvarte, y es en vano:
borraste la sonrisa, el oro decaído
del cabello, se negaron los labios,
me rechazaste el tacto, no perduran
ni línea ni calor en la memoria.
Así me han fatigado de mis huespedes extraños.

Un  día no serás, y nunca el mundo
sabrá que pudo ser siempre más bello 
con sólo retenerte .Yo soy ese testigo 
que canta, sin furor, tanta demencia.
Soy ya  quien ha vivido
la desventura de tu muerte. Eso que nadie,
ni tan  siquiera tú, sospecha que ha ocurrido.




LA DIMISIÓN DEL TESTIGO

Y cómo he madurado. Bajo esta luz ya muerta
soy el otoño. Hay una luz, que es frío,
                                                              negra, negro.
  Aguardaban mis ojos aquí que el cielo fuera brasa
y siempre aparecían los astros, puros, vivos,
en el mismo lugar (y antes que el hombre fuera
y que fuese la flor y el ave),
con la exacta hermosura de lo eterno nacido.
Nada importaba entonces pasar.
La luz  permanecía  y era eterna.
La juventud del mundo, su gozoso latido,
daba en sí testimonio de mi vida.
¿Quién podria apagar las llamas de mis ojos?
Destellaba el vivir,
y yo testimoniaba la existencia.

  Ahora miro este cielo
y veo que su luz también ha envejecido.
Los Astros no eran jóvenes. Ni eternos.
Y  no he testificado,
con mi vivir, ninguna permanencia.
  El espíritu negro me dará su cobijo,
y el Espíritu blanco, naciendo de él, conocerá la esencia de la 
  Luz,
 su Inexistencia.

Francisco Brines.

viernes, 24 de abril de 2015

Nunca naceremos






Picasso-Guernica-Picasso:1973

 No el sol, sino la súbita bombilla pálida ilumina
la artificial materia de la muerte.

El espacio infinito de una sola agonía,
las repentinas formas rotas
en mil pedazos de vida violenta
sobre la superficie lívida del gris.

No el sol, sino la pálida
bombilla eléctrica del frío
horror que hizo nacer
el gris coagulado de Guernica.

Nadie puede tender sobre tal sueño
el manto de la noche,
callar tal grito,
tal lámpara extinguir
que alumbra
la explosión de la muerte interminable,
la cámara interior donde no puede
reposar ni morir en el gris de Guernica
la memoria.

José Ángel Valente



Oh
muertos,
reivindicad lo que aún os pertenece.



viernes, 17 de abril de 2015

El elefante





El elefante

Cuando era niño, mi abuela me contó la fábula de los ciegos y el elefante.
  Estaban los tres ciegos ante el elefante. Uno de ellos le palpó el rabo y dijo:
_ Es una cuerda.
Otro ciego acarició una pata del elefante y opinó:
_ Es una columna.
  Y el tercer ciego apoyó la mano en el cuerpo del elefante y adivinó:
_ Es una pared.
  Así estamos: ciegos de nosotros, ciegos del mundo. Desde que nacemos, nos entrenan para no ver más que pedacitos. La cultura dominante, cultura del desvínculo, rompe la historia pasada como rompe la realidad presente, y prohíbe armar rompecabezas.

EDUARDO GALEANO. SER COMO ELLOS


El miedo global

 Los que trabajan tienen miedo de perder el trabajo.
 Los que no trabajan tienen miedo de no encontrar nunca trabajo.
 Quien no tiene miedo al hambre, tiene miedo a la comida.
Los automovilistas tienen miedo de caminar y los peatones tienen miedo de ser atropellados.
La democracia tiene miedo de recordar y el lenguaje tiene miedo de decir.
Los civiles tienen miedo a los militares, los militares tienen miedo a la falta de armas, las armas tienen miedo a la falta de guerras.
Es el tiempo del miedo.
Miedo de la mujer a la violencia del hombre y miedo del hombre a la mujer sin miedo.
Miedo a los ladrones, miedo a la policía.
Miedo a la puerta sin cerradura, al tiempo sin relojes, al niño sin televisión, miedo a la noche sin pastillas para dormir y miedo al día sin pastillas para  despertar,
Miedo a la multitud, miedo a la soledad, miedo a lo que fue y a lo que puede ser, miedo de morir, miedo de vivir.

Puntos de vista/7

  En alguna pared de San Francisco, una mano escribió: " Si el voto cambiara algo, sería ilegal".
  En alguna pared de Río de Janeiro, otra mano escribió: " Si los hombres parieran, el aborto sería legal".
  En la selva, ¿ llaman ley de la ciudad a la costumbre de  devorar al más débil?
 Desde el punto de vista de un pueblo enfermo, ¿ qué significa la moneda sana?
  La venta de armas es una buena noticia para la economía. ¿ Es también una buena noticia para sus difuntos?

Puntos de vista/ 8

  Hasta no hace muchos años, los historiadores de la democracia ateniense no mencionaban más que de paso a los esclavos y a las mujeres. Los esclavos eran la mayoría de la población de Grecia, y las mujeres eran la mitad. ¿ Cómo sería la democracia ateniense vista desde el punto de vista de los esclavos y de las mujeres?.

 La declaración de Independencia de los Estados Unidos proclamó, en 1776, que " todos los hombres nacen iguales". ¿ Qué significaba eso desde el punto de vista de los esclavos que siguieron siendo esclavos después de la declaración? Y las mujeres, que siguieron sin tener ningún derecho, ¿ nacían iguales a quién?

  Desde el punto de vista de los Estados Unidos, es justo que los nombres de los norteamericanos caídos en Vietnam estén grabados sobre un muro de mármol, en Washington. Desde el punto de los vietnamitas que la invasión norteamericana mató, allí faltan sesenta muros.

EDUARDO GALEANO. PATAS ARRIBA. LA ESCUELA AL REVÉS.