LA NOCHE, ESTA MORADA
La noche, esta morada,
donde el hombre se encuentra
y está solo,
a punto de morir y comenzar
a andar en aires otros.
El mundo va a perder nubes, caballos,
vacila,
se asombra,
se deshace,
cae como en los bordes del deseo
pero ya sin milagro.
Despacio la esperanza
viste su piel de olvido.
No veo más allá
de un hombre que he llamado
letra a beso a caricia
a rosa abierta a vuelo ciego a llanto.
Y como todo está desposeído,
todo con el pie justo
para tocar en tierra oscura,
el cielo vuelto un hueco sin voz
y sin orillas,
ya no soy yo la pobre,
medida entre mortales, melancólicos aires,
cuerpo cegado de luz o simple lágrima.
Lo que este mar, esta creciente sombra
va perdiendo,
viene a salvarme a mí,
nube siempre,
caballo azul,
eterno cielo.
HUECO DE TI
ALGUIEN siente que el aire
es algo más que el aire:
lugar de ti,
Desnudo sitio de tu ausencia.
Todavía más lejos corre
lebrel y muro de tu cielo;
y aquí, en olas inútiles,
quiere suplir tu imagen.
Alguien siente los gestos,
la vida, los desnudos abrazos
que hay en el aire,
labios nuestros robados
quién sabe cómo,
manos nuestras, su pulso
dueño ya del espacio,
y que hay guerra
y maravilla hecha a sueños,
a erizado corazón, a deseos
de estar los cuerpos juntos,
solos, sin aire ajeno.
Alguien muere,
por darnos ya su cielo
nuestro todo.
POESÍA REUNIDA. IDA VITALE
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