viernes, 5 de marzo de 2021

Teníamos que irnos

                                                 Encuentro en el espacio,1899 Edvard Munch



   Los destinos humanos 

son como los planetas_

Como una estrella que

aparece en la oscuridad_

y se encuentra con otra estrella_

reduce un instante para luego volver

a desvanecerse en la oscuridad- así-

así se encuentran un hombre y una mujer- se

deslizan el uno hacia el otro brillan en un amor

-llamean- y desaparecen

cada uno por su lado-

Solo unos pocos se encuentran

en una gran llamarada- en la que ambos

pueden unirse plenamente


Niza 8/2/91


 El amor es como la melodía

al final de la pieza musical-

-cada vez aparece menos-

-pero aparece- una sola vez

entra la melodía con algo de la fuerza

del comienzo- luego se acaba

Como una noche en la playa

después de un día de viento-

Ves una sola ola- larga

moverse pesada cansinamente

hacia ti- no sabes si te alcanzará

- pero al final rompe contra

tus pies- y luego llega otra- y otra-

y te embarga una tristeza suave- extraña

estás muy solo

luego la gran soledad


                                           Dos personas. Los solitarios. 1933-35
                                            Edvard Munch

Los antiguos tenían razón cuando decían que
el amor era una llama- puesto que como la llama
solo deja tras de sí un montón de cenizas



Edvard Munch. EL FRISO DE LA VIDA


1 comentario:

  1. La llama se inflama y crece, mediadora entre la creación y la desaparición del encuentro. Y en tanto llega el triste final que nos convierte en cenizas, los cuerpos crepitan, se funden y arden apasionados. Nada ni nadie podrá hacer cenizas de ese recuerdo.

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